MASONERÍA AL DÍA / La Paz: Una Construcción y Una Tarea Pendiente de La Humanidad

Opinión: La Paz: Una Construcción y Una Tarea Pendiente de La Humanidad

Rubén Leal Riquelme

Gran Orador de la Gran Logia de Chile

06-08-2025


La Paz constituye un punto de equilibrio y de armonía en lo personal, en lo colectivo y en-el-medioambiente del cual somos parte. La Paz es una tarea permanente que pretendemos alcanzar. Se trata de una tarea permanente porque aún se encuentra lejos el momento en que nuestra convivencia sea Libre, Igual y Fraterna. 

Cuando se viven los horrores de la guerra y se alcanzan momentos límites de la existencia, nos movemos a declarar que nunca más, que la Humanidad debe entrar a una nueva etapa donde reine la concordia y el respeto. Con esperanza declaramos que se acercan nuevos y mejores tiempos, donde dejaremos atrás aquello que nos divide y que nos hace ver al otro como adversario a quien debemos derrotar.

Después de la Segunda Guerra Mundial, donde se involucraron las principales potencias del mundo, sentimos la esperanza de que habían llegado nuevos tiempos, tiempos de paz y entendimiento. Avanzamos, nos alegramos, y hasta afirmamos que la Humanidad había logrado el equilibrio. Pero vino la Guerra Fría, la carrera armamentista, la carrera nuclear, la guerra de Vietnam, el conflicto del medio oriente, la guerra en la Franja de Gaza, la invasión a Ucrania, y la Paz se nos fue de las manos, volvió a distanciarse.

¿Qué nos sucede a los Seres Humanos, que el sacrificio que hoy conmemoramos, que el dolor y la muerte de miles de personas, de todas las edades, en Hiroshima y Nagasaki, no han sido suficientes para conmovernos e instarnos a vivir en armonía? 

Ya es tiempo de dejar atrás el egoísmo, tiempo de conmovernos con el dolor de los otros, tiempo de superar la obsesión por imponerse a toda costa y de superar el odio eterno con que nos inunda la derrota; ya es tiempo de trascender a las circunstancias y de construir una convivencia realmente humana.

Los Francmasones somos constructores de diálogo, artífices de una moral de respeto, trabajamos por el bien de la Humanidad. Entonces, nuestro esfuerzo debe ser mayor, debemos fortalecer nuestro compromiso diario para alcanzar la armonía y el respeto. Nuestro trabajo para promover un medioambiente en equilibrio con nuestra vida debemos redoblarlo. 

Nuestro ideal de ayer, de hoy y de mañana, será permanente mientras la Paz y la armonía, la Libertad y la Igualdad, la Justicia y la Fraternidad, no sean carne en cada uno de nosotros y especialmente en la sociedad que vivimos.

Que el horror de Hirsoshima y Nagasaki, que el dolor de miles de niños y personas en Gaza y en Ucrania no continúen, que impacten nuestro corazón y nuestras conciencias con la fuerza del dolor, para decir Basta a los conflictos y abrir de par en par las puertas de la Paz.

Y es que la verdadera Paz es mucho más que una declaración o un acuerdo entre gobiernos o instituciones, la Paz es una obra humana, es una manera de vivir en armonía y respeto entre quienes se reconocen como legítimos hermanos.